sábado, 25 de febrero de 2017

LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 4

Comparto desde el libro "LA LAY DEL AMOR" de Dr. Vicent Guillem del autor de los libros "Las Leyes Espirituales" y "La Ley del Amor".
Su página oficial es aquí.


P89-91

LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR
Creo que las cosas han mejorado en la actualidad respecto a épocas anteriores. Me refiero a que los padres de la actualidad son más conscientes de las necesidades de los hijos, ¿me equivoco? 

Es cierto que ha habido cierto nivel de avance. En épocas anteriores, los niños venían al mundo mayoritariamente por la ignorancia e inconsciencia de los padres. Eran niños traídos al mundo sin un deseo explícito de los padres. Venían accidentalmente, porque las parejas mantenían relaciones sexuales sin ningún tipo de anticoncepción, pues no había ni los medios ni la formación que actualmente existe. Por eso traían al mundo tantos hijos como biológicamente les era posible, y esto traía como consecuencia que los hijos vinieran al mundo muchas veces en circunstancias materialmente muy difíciles. La única preocupación que se planteaban la mayoría de padres respecto a sus hijos era la de procurar su supervivencia, mientras que el cuidado emocional era escaso o nulo. No eran las mejores condiciones para venir al mundo, pero ya que les es necesario a los espíritus encarnar en el mundo material para aprender y evolucionar, aprovechaban cualquier oportunidad que se les brindaba. La sensibilidad de esos espíritus estaba menos desarrollada que ahora, tanto en padres como en hijos, y aunque los hijos recibieran poca atención emocional y sentimental, su

En la actualidad, en muchos países, sobre todo de Occidente, las cosas han cambiado. El porcentaje de niños que viene al mundo accidentalmente, sin voluntad de los padres, ha disminuido. Muchos ya son concebidos con la voluntad y conciencia de los padres de querer tenerlos. Al existir un mayor bienestar económico en Occidente y no tratarse de una prole numerosa, la supervivencia y las atenciones materiales de los hijos están garantizadas por los padres. Serán niños que no pasen ni hambre, ni sed, ni frío, ni enfermedades provocadas por la desnutrición y la falta de higiene. Pero sigue faltando algo fundamental, que es el concebir a los hijos por amor y con amor. Todavía mayoritariamente los hijos son concebidos por motivos distintos al amor. 

¿Cuáles son esos motivos distintos al amor que empujan a los padres a tener hijos? 

Muchas veces se hace porque hay como una especie de obligación de continuar el linaje familiar, o por la conveniencia de que los hijos atiendan a los padres cuando éstos sean mayores. Hay parejas que llegan a cierta edad y siguen sin 91 desear tener hijos porque eso les implica hacer unos cambios en su vida a los que no están muy predispuestos. Pero los tienen igualmente porque biológicamente sus posibilidades de concebir disminuyen con la edad. Como se dice vulgarmente “se les pasa el arroz”. Hay veces que los hijos son concebidos como forma de atrapar al cónyuge y obligarle a continuar la relación de pareja cuando se teme una ruptura de la relación, o como un intento desesperado de salvar una relación que no funciona. 

¿Cuáles son las consecuencias para esos hijos concebidos sin amor?

Muchos de estos niños que vienen al mundo concebidos sin amor sufrirán la falta de amor de sus padres, en forma de maltrato, incomprensión, desatención, frialdad y todo esto les hará sufrir en gran manera, porque los niños que vienen al mundo en la actualidad son espíritus más avanzados y sensibles que en épocas pasadas, fruto del aprendizaje adquirido en multitud de encarnaciones. Por tanto, su nivel de sufrimiento ante la falta de atenciones emocionales, ante el malestar psicológico, es mayor que en épocas pasadas. Y esta es la causa de la mayoría del sufrimiento de los niños de Occidente, que no son amados por los padres, aunque los padres se esfuercen por creer que el problema lo tiene siempre el niño porque tiene mala actitud. Muchos de esos niños que sufren acaban desarrollado traumas emocionales o enfermedades físicas a causa de ese sufrimiento por falta de amor, sin que la mayoría de los padres tomen conciencia de ello. Es necesario por tanto que los padres tomen mayor conciencia y sensibilidad por el bienestar emocional de los hijos y de esta manera les evitarán muchos de los sufrimientos que ahora les azotan.

Fin. 



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Y el itinerario de la charla está en su página oficial.

LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 3

Comparto desde el libro "LA LAY DEL AMOR" de Dr. Vicent Guillem del autor de los libros "Las Leyes Espirituales" y "La Ley del Amor".
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P87-89

LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 

¿Pero hay algo de malo en desear que los hijos estudien, para que cuando sean mayores tengan un medio con el que ganarse la vida?

No hay nada de malo en desear que los hijos estudien. Pero no se debe utilizar esto como argumento para quererles más o menos. 

Si sólo se les valora si son inteligentes y buenos estudiantes los niños pueden tener problemas con su autoestima y además sentirse excesivamente presionados con los estudios. A los hijos hay que amarlos incondicionalmente tal y conforme son y atenderlos emocionalmente para que puedan ser felices. 

A veces también ocurre que el adulto pretende que el niño se amolde a unas reglas que son absurdas, ya que limitan enormemente su libertad y espontaneidad y entonces el niño se rebela contra esas normas que considera injustas. Es absurdo pedirle a un niño que no juegue o se esté quieto permanentemente. Como son injustas es imposible sostenerlas mediante el razonamiento, por lo que algunos padres recurren a la imposición y a la coacción. 

¿Entonces hay que permitir que los hijos hagan todo lo que quieran, aunque lo que quieran sea pernicioso para ellos mismos o para los demás? 

Todo no. Utilizad el sentido común. Cada cosa a su debido tiempo. La libertad y responsabilidad del niño debe ir aumentando a medida que se va haciendo mayor y va adquiriendo mayores capacidades. Cuando el niño es pequeño no es consciente de muchos de los peligros, no se le puede dejar solo en la calle sin supervisión, pues puede cometer imprudencias como cruzar la calle sin mirar. Hay que ir enseñándole progresivamente lo que es peligroso para él y lo que lo es para los demás. Hay que enseñarle a que respete a los otros niños, a que no pegue, no insulte, a que asuma las responsabilidades propias de su edad, como hacer los deberes, recoger sus juguetes cuando termine de jugar, etc. Ni más ni menos de lo que un niño puede asumir en función de su edad, siempre intentando ser con él respetuoso, comprensivo, cariñoso y paciente, y respetando su libertad y su sensibilidad. 

¿Pero dónde está el límite? Por ejemplo, si el niño no quiere ir al colegio, o hacer los deberes, ¿hay que obligarle o dejarle estar? 

Utilizad vuestro sentido común. En vez de intentar obligarles por la fuerza a hacer las cosas, conversad con ellos, habladles de la importancia que tiene el aprendizaje, estimuladles, compartid con ellos el momento de hacer los deberes, hacédselo divertido y ameno y veréis que el niño responde mucho mejor que si se le impone por la fuerza. 

¿Y cómo podemos hacer para que el niño aprenda aquello que le es necesario pero que a la vez es aburrido o tedioso? 

Haced que sea divertido y compartid ese momento con él, que se sienta atendido y apoyado en lo que está haciendo, pues esto le estimula a seguir. Ya hemos dicho que los niños se divierten jugando y a través del juego se les pueden enseñar muchas cosas sin que les resulte tedioso, y así será él mismo el que desee aprender porque le será divertido el aprendizaje. 

¿Cómo debe ser la educación en casa, en la familia? 

Dedicad tiempo a estar con vuestros hijos, a jugar con ellos, a dialogar sobre sus cosas, sobre sus problemas y preocupaciones. Estad siempre abiertos a responder a sus preguntas. Pensad que ellos están descubriendo el mundo y que para aprender necesitan preguntarlo todo, aunque a vosotros os pueda parecer obvio, para ellos no lo es y si observan que os burláis se reprimirán. Tened mucha paciencia con ellos. Permitidles el juego siempre que se pueda porque para el niño el jugar es su vida y si se le impide jugar se le hace mucho daño. Demostradles continuamente vuestros sentimientos de forma expresiva, con palabras, con besos, caricias y abrazos. Permitidles que desarrollen su personalidad con libertad, no les impongáis la que a vosotros os gustaría que tuvieran. Amadlos tal y conforme son y ayudadles a que vayan puliendo poco a poco su egoísmo y a que desarrollen su sensibilidad y afectividad sin cortapisas. No permitáis que vuestros problemas y preocupaciones de adultos, que nada tienen que ver con ellos, interfieran en su vida 

¿Pero no hay veces que si se es demasiado benevolente con el niño éste se vuelve exigente y caprichoso y utiliza el pataleo y la rabieta para salirse con la suya? ¿Qué se puede hacer en estos casos? 

Es cierto que hay padres que permiten que los niños hagan hasta aquello que es peligroso para ellos y acceden a todos su caprichos, por dejadez, por debilidad de carácter o por no escuchar más la queja del niño, y esto hace que el niño se vuelva exigente y caprichoso y que utilice su astucia para doblegar la voluntad de los padres. En esos casos actuad con firmeza, no cedáis al chantaje que el niño intenta hacer pero no respondáis nunca con violencia ni agresividad. Cuando actúe de forma déspota es cuando menos caso hay que hacerle. Si él observa que cuando actúa de esa manera se le ignora y no consigue nada de lo que exige se cansará con el tiempo. Ayudadle a que tome conciencia de sus propias actitudes egoístas mediante el diálogo y la reflexión. 

¿Alguna recomendación a los futuros padres? 

Sí, que procuren concebir a sus hijos con amor, para que estos vengan al mundo con la seguridad de que van a ser amados, atendidos en todos los aspectos de su vida, sobretodo en el emocional. Os aseguro que si los niños que vienen al mundo fueran concebidos con amor el sufrimiento del mundo disminuiría enormemente. 

Continuará...


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LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 2

Comparto desde el libro "LA LAY DEL AMOR" de Dr. Vicent Guillem del autor de los libros "Las Leyes Espirituales" y "La Ley del Amor".
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P83-86

LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 

¿Pero no es cierto que muchos de los adultos que maltratan a los niños fueron ellos mismos maltratados de niños? Quiero decir que no han tenido un buen ejemplo a seguir. 

En esos casos deberían recordar lo que sintieron cuando fueron maltratados y cómo les dolió que les trataran con desprecio y sin sensibilidad, para que así procuren no repetir con sus hijos ni con ningún otro niño aquello que no les gustó para sí mismos. Hay muchas personas que han recibido malos tratos, físicos o psicológicos cuando fueron niños en mayor o menor medida, porque en vuestro mundo todavía predomina el egoísmo en todos los aspectos. Los que han tomado buena nota de la experiencia vivida y se acuerdan del sufrimiento que experimentaron procurarán intentar evitar a sus hijos y en general a la infancia, el sufrimiento que ellos han vivido. 

¿Cuáles son las alternativas para educar sin recurrir a la mano dura? 

A través del juego es la manera en que el niño aprende de manera natural sin necesidad de obligarle. A través del juego se le puede enseñar valores, y conocimientos de todo tipo. Si han actuado negativamente, el primer paso es dialogar con ellos para que tomen conciencia del acto negativo que cometieron. Hay una pregunta muy sencilla que les puede ayudar a reflexionar: ¿cómo te sentirías si alguien te hubiera hecho lo mismo que tú has hecho? Por ejemplo si han pegado a otro niño un buen argumento para inducirles a la reflexión es preguntarles ¿a ti te gusta que te peguen? Hay que fomentar el dialogo y la reflexión en la resolución de los conflictos, ayudar al niño a que tome conciencia, que comprenda dónde está el problema de su actuación y ofrecerle una posibilidad de reparación del daño realizado. En realidad hay corrientes educativas en vuestro mundo que actúan de acuerdo con esta filosofía. Pero para eso es necesario que el niño reciba más atención de la que generalmente recibe. 

Hay personas que opinan que la educación de ahora ha empeorado respecto a épocas pasadas. Que ahora los niños aprenden poco porque esos métodos educativos nuevos son demasiado blandos y lo único que consiguen es que los niños les tomen el pelo a los profesores y presten poca atención en clase. ¿Qué opinas de esto? 

Están equivocados de cabo a rabo. Es cierto que algunas personas, sobre todo las que tienen una forma de ser rígida y severa, parecen tener nostalgia de la educación del pasado. Son los que suelen estar de acuerdo con el proverbio “la letra con sangre entra”. En épocas pasadas los colegios religiosos eran muy valorados por algunos padres porque tenían fama de educar con “disciplina”, como Dios manda. En realidad lo que ellos llamaban “educar con disciplina” consistía en forzar la obediencia de los alumnos mediante el miedo, la amenaza y el castigo físico, amargando la vida de esos alumnos, que más que niños eran pequeños reclutas asustados de los cuales había desaparecido del rostro todo atisbo de espontaneidad, sensibilidad y alegría propia de la infancia. Y todo eso, además, se hacía utilizando el nombre de Dios. 

Pero esta educación, aunque es posible que consiguiera niños más sumisos y obedientes, no conseguía niños ni más inteligentes ni más felices, ni más libres. Estos niños que han crecido con el miedo en el cuerpo cuando son adultos tienen muchas carencias. Si no han superado el trauma de la infancia suelen tener dificultades para expresar los sentimientos, una autoestima baja y son propensos a los problemas emocionales, aunque a lo mejor todavía recuerdan de memoria la lista de los Reyes Godos, pues les iba la vida en ello. 

También es cuestionable que los alumnos del pasado fueran más inteligentes y mejor formados que los de la actualidad, pues antes se hacía mucho énfasis en la memorización de contenidos y poco en el razonamiento lógico. La idoneidad de los contenidos educativos también eran cuestionable, los recursos que se destinaban a la educación eran menores y el tiempo de escolarización obligatoria también era menor. La educación actual pretende que los niños tengan mayor capacidad de reflexión y raciocinio, que memoricen menos y razonen más. Por otra parte, los países que muestran mejores tasas de rendimiento académico y menor fracaso escolar no son los que optaron por modelos educativos basados en la disciplina, sino todo lo contrario, los que aplican los modelos educativos progresistas. La diferencia es que invierten más recursos humanos y materiales en la educación que otros países. Finlandia, el país que tiene el mejor modelo educativo del mundo, es un claro ejemplo de lo que os digo. 

¿Y por qué hay padres que dicen que prefieren una educación con más disciplina, si no es cierto que sea más eficaz? 

Mira, lo que ocurre es que muchas veces el problema no lo tienen los hijos sino los propios padres, porque muchos padres no conocen los sentimientos de los hijos ni sus necesidades afectivas. Padecen de ignorancia sentimental. Creen que con alimentar los hijos, llevarles al médico cuando están enfermos, proveerlos de lo que necesitan a nivel material y conseguir que estudien en un buen colegio para que tengan una buena formación lo tienen todo hecho como padres. Todavía les falta algo fundamental, y es atender el cuidado emocional de sus hijos. Es triste observar cómo a muchos padres les molestan sus propios hijos y por ello no dedican tiempo a compartir con ellos ni les expresan cariño ni comprensión. Más bien se agobian cuando están con ellos, les irrita todo lo que hacen y no les prestan atención. Además hay una tendencia muy común en algunos padres de valorar a los hijos en función de sus méritos académicos. Algunos padres sólo se preocupan de los hijos si sacan malas notas o si se ponen enfermos. 

Eso hace que los niños se sientan poco queridos e intenten llamar la atención de los padres. Pueden utilizar como táctica bajar su rendimiento académico porque saben que de esta manera los padres les prestarán atención. O simplemente sucede que los niños se sienten tan mal emocionalmente que pierden el interés por todo, incluso por los estudios. Debido a la ignorancia y la falta de atención hacia los hijos los padres creen que el problema de sus hijos es que son perezosos en los estudios y que necesitan ir a una escuela donde se imponga más disciplina, con docentes más autoritarios que les obliguen a estudiar más. Y el problema no está en la escuela sino en la falta de atención por parte de los padres. 

Continuará...


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LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 1

Comparto desde el libro "LA LAY DEL AMOR" de Dr. Vicent Guillem del autor de los libros "Las Leyes Espirituales" y "La Ley del Amor".
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P81-83

LAS RELACIONES CON LA INFANCIA A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR 

¿Hay alguna medida que se pudiera aplicar a nivel social que permitiera a la humanidad avanzar espiritualmente más rápido? 

Sí. Amad a los niños y procurad no hacerles daño, ni físicamente ni emocionalmente. No los humilléis jamás. Ya os advierto que desde el punto de vista espiritual uno de los delitos más graves que existe es el maltrato a la infancia. Permitid que los niños sean libres, que expresen sus sentimientos, que jueguen y que aprendan jugando. Si criáis una generación de niños con amor vuestro mundo cambiará rápidamente, porque el amor cambia el mundo. No cambiaréis vosotros el mundo, lo harán ellos gracias al amor que han conocido. 

¿Algún consejo que nos pueda servir para saber cómo tratar mejor a los niños? ¿Acaso no habéis sido niños nunca? 

Poneos en su lugar. Recordad cuando vosotros fuisteis niños, lo bueno y lo malo. Acordaos de lo malo que os hicieron para no repetirlo y de lo bueno para tomarlo como ejemplo. Y aquí no sólo hablamos de maltrato físico, sino también del maltrato emocional, porque hay muchas personas en vuestro mundo que maltratan emocionalmente a los niños, empezando por sus propios hijos, aunque muy poca gente lo admitirá. Están tan enfrascados en sus propios problemas que no tienen un mínimo de sensibilidad para darse cuenta del daño que les están haciendo a los hijos. Piensan que el niño, por el hecho de serlo, no comprende las cosas como un adulto y que por ello es menos sensible, así que no tienen ningún miramiento a la hora de tratarles, y descargan sobre ellos todas sus frustraciones. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: los niños son más vulnerables y sensibles al daño físico y emocional que los adultos, por lo tanto hay que poner mayor énfasis en tratarles lo más respetuosa y amorosamente posible. Aceptadlos y amadlos tal y conforme son. 

No pongáis ninguna condición para quererles. Hay personas que no aman a sus hijos, sólo los utilizan para darse importancia, para presumir de ellos por ser inteligentes, porque tienen alguna cualidad que los hace ser mejores de cara a los demás, y si no tienen estas cualidades los menosprecian, y esto afecta grandemente su autoestima. El que ama a sus hijos de verdad los ama tal y conforme son, sean más o menos guapos, más o menos inteligentes, más o menos decididos. 

Hay gente que opina que es necesario el castigo físico para educar a los niños. ¿Qué opinas de esto? 

Entonces también serán partidarios de que su jefe les de un cachete de vez en cuando si considera que no han hecho bien su trabajo. 

Pues no creo que les hiciera mucha gracia, la verdad. Creo que lo normal sería que denunciaran al jefe por maltrato laboral. 

Claro que no les hace gracia, porque a nadie le gusta que le peguen. Si consideráis que pegar a un adulto es un acto delictivo y deplorable ¿por qué no tenéis ese mismo criterio cuando un adulto le pega a un niño, que además es más débil y no se puede defender? Lo que no deseéis para vosotros mismos no se lo hagáis a los demás, y menos a los que son más débiles e indefensos, que son los niños. Qué triste es observar cómo algunos padres cuando sus hijos pegan a otros niños, les castigan haciéndoles lo mismo que les acaban de prohibir, es decir, pegándoles. ¿Qué puede aprender el niño viendo que el adulto hace lo mismo que le está censurando a él mismo, aparte de que el más fuerte es el que impone su ley a través de la violencia? Jamás se os ocurra pegarle a un niño y menos utilizando la excusa de que es por su bien, para educarle y enseñarle disciplina. El que hace uso del castigo físico no educa, sólo pone de manifiesto su incapacidad para educar, su falta de tacto, paciencia, ternura y delicadeza hacia los niños. Si se lucha en contra de maltrato y la violencia de género, igual o más énfasis debería ponerse en luchar contra el maltrato infantil.  

Bueno, creo que hoy en día en muchos países el maltrato a la infancia es un delito penado por la ley y se castiga al adulto si se demuestra que el niño ha recibido malos tratos. 

Sí, sobre todo en Occidente y esto es un avance importantísimo. El problema es que muchas veces demostrar que el niño recibe malos tratos es difícil, porque las pruebas del maltrato no son evidentes. Un adulto que ha sido maltratado tiene la capacidad por sí mismo para defenderse y poner una denuncia si ha sido agredido, pero los niños necesitan de un adulto para defenderse, y si además el maltrato ocurre en el ambiente familiar, ¿quién le va a defender si los que están ahí para protegerle son sus verdugos? Además, vuestra sociedad todavía es excesivamente tolerante con el castigo físico menor, pues muchas personas consideran aceptable el cachete, la bofetada o la palmada en el culo, aunque seguro que si se lo hicieran a ellas no les haría ninguna gracia. Que cada uno piense para sí mismo cómo se sentiría siendo objeto del trato que da a los niños. Esto le ayudará a ser más sensible con ellos. 

Hay personas que argumentan que lo ideal sería no utilizar el castigo físico y están de acuerdo en limitar su uso, pero que hay niños que son muy rebeldes y que no atienden a razones, y que en esos casos hay que tener “mano dura”, o sea aplicar medidas más contundentes. ¿Qué opinas al respecto? 

El que cree que educar a sus hijos, o a los niños en general, es imponerse sobre ellos y para someterlos a su voluntad utiliza la agresividad verbal o física con el objetivo de asustarlos para que, por miedo, acaben obedeciendo, refleja su propia incapacidad e inmadurez espiritual. Cuando hay amor, sensibilidad y comprensión siempre se encuentra otra manera de hacer las cosas, pero si no la hay cualquier excusa es buena para sacar las malas actitudes que uno lleva dentro. 

Continuará...


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